Plaza de Toros construida en 1796 sobre la anterior, que
databa de 1760 por orden de Carlos IV, fue inaugurada por este y su esposa,
María Luisa de Parma, el 14 de Mayo de 1797. En 1809 fue destruida por un
incendio, y reconstruida en 1829 por Fernando VII, que la cedió al
Ayuntamiento. Cuando se construyó, su capacidad era de 9000 espectadores y la
población, según el censo de Godoy, era de 4226 personas. Se encuentra al final
de la calle de Almíbar, donde se ubica la puerta grande. Hay doce puertas de
entrada al público que se comunican con el interior por medio de diez escaleras
y tres galerías. Los Reyes tenían su propia puerta de acceso y su escalera
privada que lleva directamente al Palco Real. Es una de las pocas plazas de
toros del siglo XVIII que siguen en pie y uso, compartiendo ese privilegio con
cosos tan importantes como la Maestranza de Sevilla o la plaza de Ronda,
convirtiéndose así en un Monumento Histórico y Artístico de más de 200 años. Su
ruedo es uno de los más grandes España y por él han pasado las máximas figuras
del toreo.
Hoy en día, la Plaza de Toros de Aranjuez acoge en su
interior el Museo Taurino que permite realizar un recorrido por el interior del
edificio, además de observar diversas prendas, utensilios y carteles de
importantes maestros del toreo.